Clásicos de la música australiana contemporánea. Comenzaron como un grupo de folk y gospel. Se asociaron con el escritor/productor Tom Springfield (ex-Springfields y hermano de Dusty) quién escribió el melodioso «I’ll Never Find Another You» para adaptarse a la mezcla de armonía distintiva del grupo, destacando la voz de campana de Judith; fue grabado en mono en los famosos estudios de Abbey Road, realzando la instrumentación acústica de los chicos con percusión. El sencillo alcanzó el número uno en todo el mundo. Fue el primer grupo australiano en romper las listas de éxitos estadounidenses y la escena «beat» del Reino Unido se volvió loca por ellos.
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