Artista único e inclasificable. Saltó a los escenarios del Brasil dictatorial como una criatura andrógina y maquillada que interpretaba textos de Vinícius de Moraes y otros al frente de Secos e Molhados, una de las formaciones musicales más perfectas y transgresoras de la febril escena musical sudamericana de los años 70. Desde entonces, Matogrosso ha editado decenas de discos y se ha convertido en una figura legendaria de la música brasileña, un símbolo genuino de la libertad individual. En este caso, un gran álbum junto al inigualable Astor Piazzolla en un poema de Borges.
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